Me gustan las lunas y al mundo les gustan las lunas; la han representado de todas las formas posibles: llenas, flacas como el final de una uña, gordotas, con agujeros, sin ellos, de día, de noche, intensas, llorando, con mal humor, atravesadas por un cohete, felices, con sombrero para dormir, blancas, grises, azules, amarillas, naranjas, rojas, acunando a un bebé, sosteniendo a una chica, perfectas, informes, gigantescas, minúsculas, varonas, femeninas, escondidas entre las nubes… y muchas las he visto desde mi ventana.
Para inaugurar esta nueva etiqueta he elegido una de las más insignes, la luna de LE VOYAGE DANS LA LUNE (EL VIAJE A LA LUNA, 1902) de George Méliès (1861-1938): densa y redonda como una tarta de merengue, con cara de persona y un cohete en forma de bala atravesando uno de sus ojos, es una de las más feas que he visto en mi vida y sin embargo, adorable.
Méliès demostró aptitudes para el dibujo desde muy joven, asimismo se codeó con el mundo de la magia, dos campos que le servirían en su futura carrera en el cine (¡y de qué manera!) y estuvo en la primera representación del cinematógrafo de los Lumiere (August -1862-1954- y Louis -1864-1948- ) celebrada “[…] en París, en el Salon Indien del Grand Café, el 28 de diciembre de 1895 […]”, donde se mostró LA SORTIE DES OUVRIERS DES USINES LUMIÈRE À LYON MONPLAISIR (SALIDA DE LOS OBREROS DE LA FÁBRICA LUMIÈRE EN LYON MONPLAISIR), la primera película pública de la historia (y lo de película es salvando los significados actuales del término –de ahí que en el título se reseñe como cortometraje- y lo de pública es totalmente a propósito dado que la primerísima grabación de la historia del cine fue llevada a cabo por el inventor Louis Le Prince -1842-1890- en 1888; ¿el título?, ROUNDHAY GARDEN SCENE (ESCENA EN EL JARDÍN ROUNDHAY), ¿su duración?, dos segundos).
Semejante trío de antecedentes (ilustración, prestidigitación y los primeros pasos del cine) hicieron posible más de 50 creaciones y el nacimiento en 1902 con este film, EL VIAJE A LA LUNA, de la ciencia ficción en el séptimo arte: “[…] una producción […] dividida en 30 escenas […]” que “[…] toma (muy libremente) como modelo dos novelas […]” del momento: “[…] DE LA TIERRA A LA LUNA -1865- de Julio Verne y LOS PRIMEROS HOMBRES EN LA LUNA -1901- de H.G. Wells […] Si bien es una película corta, de tono humorístico y desde todo punto de vista incomparable con las de hoy en día, donde las técnicas avanzan con pasos de gigante, sin dudas es un film de ciencia ficción ya que toma uno de los temas fundamentales de este género (el viaje espacial) […]”, según he leído en La Quinta Dimensión. Algo que al principio se mostró como un nuevo invento que podía llamar la atención, una actuación circense para la clase baja y/o media, lo más novedoso si se quiere, fue transformado por el francés en una posibilidad de distracción con la que podía, además de mostrar en movimiento, relatar (lo que implica un principio, un nudo y un desenlace, o sea, un argumento, una invención hecha realidad gracias a la magia cinematográfica y en contra de las primeras representaciones -la mayoría- de tono documental); según esto, el gran Méliès “[…] descubrió que el nuevo medio podía contar mentiras […]”.
La primera característica de este artista fue el uso de la cámara fija frontal, lo que viniendo de él no se puede catalogar de simplón, para empezar porque hablamos de un procedimiento aún en pañales, todo es todavía nuevo, y por supuesto, porque otras ideas paliaron dicha práctica: fabulosas creaciones llenas de trucos. Según Maggie Maslach (portavoz de mi anterior reseña de La Quinta Dimensión) usaba “[…] las técnicas aprendidas en sus shows ilusionistas como trampillas, fuegos artificiales, decorados pintados... a lo que sumaba la incipiente magia del cine: sobreimpresiones, simulaciones de imágenes submarinas […] exposiciones múltiples, disolvencias y fondos negros […]”. Uno de mis profesores de cine de la carrera, Fernando Martín, nos contó en clase que este visionario pintaba partes de sus fotogramas, uno a uno, a mano, para dotar de color ciertos detalles como el humo o colorear la piel de algún personaje.
¡Qué bonito cuando llegan a la luna, menos para ella, y qué tiernamente obvia e ingenua es la escapada!
Buenos guiños musicales a este obra son el HEAVEN FOR EVERYONE de Queen y el TONIGHT, TONIGHT de Smashing Pumpkins; ha sido representada en carteles y todo tipo de merchandising, salió en la serie FUTURAMA, creo recordar que sino en LOS SIMPSON también lo hizo en PADRE DE FAMILIA, fue casi copiada en la EXCURSIÓN A LA LUNA (1908) del español Segundo de Chomón y quién sabe en cuantos ejemplos más (si alguien sabe otros que me los chive y así amplío esta entrada) ha podido salir este internacional icono... Sin duda: la Luna de las lunas.
A quien le interesen las imágenes, han sido encontradas en diferentes páginas de Internet, entre ellas un blog precioso que se llama El desván del Abuelito, donde el cine y el cómic de épocas pasadas tiene todo el protagonismo. Y por otra parte, a quien le interese la figura de Georges Méliès que pase sin falta por el Museo Méliès: ¡¡¡MARAVILLOSO!!!
2 comentarios:
La Luna ha fascinado a la humanidad desde el principio de los tiempos, aunque nosotros visualmente solo distinguimos dos terrenos de ella, las mesetas que son relativamente brillantes y las llanuras que son las partes más oscuras. Es el único satélite natural de la Tierra y el único aparte del sol que podemos visualizar fácilmente. Y por otro lado la luna ha sido explotada desde el punto de vista artístico hasta la saciedad, cosa que agradezco, ¿el por qué? Porque como Andrea me apasiona la luna desde niño… me fascina tu minireportaje Baby y gracias por recordarme a Melies, un beso.
La luna, la luna... tan mujer ella... ¿qué estuviste leyendo? ;) Gracias hermano, tú siempre tan leal y generoso...
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