Y de repente llegó ella: con su olor a miel y su sonrisa eterna, a calentarnos el corazón a la manada que somos en mi familia.
Me tuve que poner las pilas y, junto a las películas para mayores y los libros para todo el mundo, me metí -con mucha cautela- en su limpio universo. Qué difícil fue –y sigue siendo-, porque a su lado no paro de aprender-, acoplarme a sus códigos: ese mundo de actos y de impulsos, sin tantas palabras... Sin palabras, ¡qué paradójico en relación con lo que intento explicar aquí!
Allí me lo presentó: azul y perfecto, fabricado de espuma digital y demostrándole a la gente grande que no es tan difícil ser un poquito mejor (lo que por otro lado no es algo que pueda costarnos mucho), y además me mostró su serie, producida por Zinkia Entertainment y creada por David Cantolla (junto a un gran equipo); sencillamente buenísima, en todos los sentidos: estética minimalista, y sin embargo repleta de detalles, sobre un fondo blanco blanquísimo que nos ayuda a fijarnos en cada personaje –a cuál mejor-; argumentos claros y/o comprometidos –sin aspavientos, con humildad- y desenlaces llenos de ternura…
A quien le interese, aquí va uno de sus capítulos: LA FLOR MUSICAL.
2 comentarios:
Ya me voy aponer abajar unos cuantos aver si me molan jejej
oi oi oi!! si cuando digo que eres mi nieta favorita (tengo amor para todas nietas, que conste!), es por algo! que orgullosa estoy de ti, preciosa mía!te seguiré cual fan alocada, con mi peluca al viento :D
Por cierto, que bello es ser tía :)
MUAK!
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