martes, 26 de enero de 2010

Las cosas de Andrea: miedo nocturno

El viernes pasé la noche en casa de mi cuñada y mi hermano, haciendo de niñera de mi adorada Andrea. Les dio por salir a cenar con unas amistades y mi sobrina y yo nos quedamos comiendo pizza, viendo la tele sin verla y coloreando machangos de cartón en forma de personajes de Disney hasta las 10, hora en la que subimos a su cuarto, nos acomodamos en su camita y nos pegamos algunos minicapítulos del OSITO PARDO que le cayó el 6 de enero. Antes de que ese fisco de ternura se quedara como un tronco, le recordé que estaría en el cuarto de al lado, que papá y mamá habían salido y que no se asustara si a media noche se despertaba y no les encontraba: aquí estaba su tía Nedy con complejo de salvadora para lo que necesitara, aún sabiendo que está en plena fase de abanderamiento del lema “yo solita”, para el orgullo de quienes creemos en la autonomía de las criaturas. No tardó en dormirse, tampoco me extraña, casi me quedo frita yo también entre aventura y aventura de aquel plantígrado marrón, demasiado tranquila la serie, muy tranquila, perfecta para esa hora, eso sí, pero yo no quería dormirme ya, no antes de leerme un par de cosas para el examen de Arte Canario I que tenía el lunes y una cigarrita previa al sueño, nada espectacular, más que nada porque no me gusta estar demasiado tostada cuando me quedo a solas con Andrea.

Tal cual lo he contado, tal cual pasó. No sé la hora exacta a la que me fui a la cama, revisando la tranquilidad de la pitufa antes de amoldar mi cabeza sobre la almohada, pero la oscuridad me hubiese tragado en poco tiempo si ésta no hubiera estado acompañada por el incesante murmullo del ordenador, y digo murmullo por ser cortés, que aquello parecía la sala de máquinas de un trasatlántico… El asunto es que tardé más de la cuenta en acabar los trámites con Morfeo, y menos mal, repasando la retahíla de edificaciones de techumbres planas de las islas, la mayoría por cierto, a eso de las dos de la madrugada, un segundo tan sólo faltaba para descender a su mundo de arena, la oscuridad se rompió por un grito de miedo que me dejó el alma en polvo de añicos.

Lo advertido: Andrea se levantó, ella solita, para hacer pis y el frío de la noche la empujó a buscar el calor entre mamá y papá… pero no estaban y a la cría casi le da un patatús… y a mí con ella.

- Andrea, estoy aquí mi amor – grité. Una sombrita temblorosa se acercó a mi mientras repetía “no te encontraba, no te encontraba”... la abracé y le pregunté si quería acostarse a mi lado, a lo que dijo que sí, la subí en la cama, la tapé, le besé la cabecita, y en tres, dos, un segundo ya estaba sopa de nuevo. Yo tardé un poco más, justo después de que mi cuñada, ya de vuelta, la regresara a su dormitorio y me apagara el escandaloso ordenador.


Esto me hizo pensar en los niños y las niñas del mundo que pasan miedo y no hay una mano amistosa que les ayude a salir de él, con lo fácil que resultaría…

jueves, 21 de enero de 2010

La Bola de Cristal I: los anuncios del programa






“Buscad a un niño de los 80, de los que crecieron con BARRIO SÉSAMO y VERANO AZUL. Preguntadle por los electroduendes y veréis que sonríe maliciosamente. O decidle que tiene quince minutos para imaginar: notaréis cómo se le pierde la mirada y al momento parece estar muy lejos de allí. Y es que LA BOLA DE CRISTAL marcó a toda una generación con su planteamiento innovador y sus propuestas inteligentes y arriesgadas”. Esto es lo que empieza diciendo Portalmix acerca del mejor programa emitido en una cadena de televisión en España, un programa que marcó un antes y un después en la historia televisiva de nuestro país creándose como un mito antes de su final de emisión en 1988.

Fueron cuatro años en los que espolearon nuestras mentes con el mejor material, y eso es lo que pienso mostrar en varios capítulos que al mismo tiempo explicarán (a quienes no lo sepan, a quienes no lo entendieron y a quienes no lo aprendieron también, si tienen más paciencia hoy que ayer) qué de genial (claro, desde mi punto de vista) tuvo LA BOLA DE CRISTAL.

Dirigido por Lolo Rico (¡clamo al cielo para que la cabeza de esta mujer persista hasta el último de los días!), detrás también de programas como UN GLOBO, DOS GLOBOS, TRES GLOBOS y LA COMETA BLANCA, quien no creía que LA BOLA DE CRISTAL fuese un formato únicamente infantil, se emitió por primera vez en Octubre de 1984 en TV1 y constó de varias secciones que iré desentramando entrada a entrada. Un pequeño resumen de ello se reseña en una entrevista hecha en el 2004 en la que la directora habla de un modo de trabajo basado en la libertad creativa de todos sus miembros, lo que se tradujo en un buen resultado.


Hoy: LOS ANUNCIOS DEL PROGRAMA.


En palabras del arriba citado Portalmix, “Entre sección y sección no podía faltar la publicidad. Pero no una publicidad cualquiera […] LA BOLA DE CRISTAL creó sus propios spots publicitarios, parodias de los anuncios reales que huían del consumismo e invitaban a los telespectadores a leer o practicar deporte, a ser solidarios o dar rienda suelta a la imaginación […] invitándonos a esto último con frases como […] Tienes quince segundos para imaginar... Si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos la tele […] y sketch en los que nos incitaban a pensar.

Entre estos lemas los más famosos fueron: “Si no quieres ser como ellos, lee” (en el que mostraban un rebaño de ovejas gorditas para luego soltar esa frase, ¡qué genial!) o “¡Haz deporte! ¡No eches tripa! ¡Juega limpio! ¡Participa!” (del que no me acuerdo, lo reconozco) o mi favorito por lo enrevesado “Voy a desaprender para desenseñar cómo se deshacen las cosas” o “Solo no puedo, con amigos sí”, “Desarrollarse y crecer es estupendo” o “Que no te chupen la sangre, la autonomía es tuya” (estos tres últimos encontrados en RTVE, donde tienen un par de ellos rescatados, ¡a cuál mejor!).

Y hasta aquí llego hoy, espero que al menos haya movido los recuerdos de alguien, con eso me conformo.


A quien le interese, las ovejitas han sido sacadas de Sésamo.com.